Más adelante escribiría en su diario:
"...pero eso no significa que me haya convertido en una persona inmune a los miedos. Nadie es inmune a los miedos, porque hay muchos miedos, y muy diferentes, y tienen la habilidad de atacar cuando y por donde menos lo esperas. Hay quien tienen miedo de la muerte y quien tienen miedo de la vida, de la bronca de tus padres y de las felicitaciones demasiado comprometedoras, hay quien tiene miedo de las emociones del amor, o al destino que se oculta bajo la piel de un gato negro, o a las manos que te esperan en lo mas oscuro de la noche; hay quien teme al tráfico en un día de lluvia o al infarto que sigue a un éxito de muchos millones, o a la pena que dan los ancianos dementes, o al castigo divino, o al humano, o al Drácula carroza y desfasado, o a la Guerra Mundial, o al juicio final, o al Armagedom, hay quien teme lo que pueda hacer el mismo".
El cartero siempre llama mil veces.
Puntuación: 3